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RESUMEN - Vol. 28 - Nº 2 - Agosto 2013

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Disminución del consumo de sal en la población: ¿recomendar o no recomendar?


Dr. Carlos E. Romero1

1. Prof. de Cardiología. Facultad de Medicina. Universidad de la República.


Palabras clave:  | CONSUMO DE ALIMENTOS | DIETA HIPOSÓDICA | CLORURO DE SODIO-efectos adversos | SODIO-efectos adversos |


Resumen

La ingesta habitual de sal excede largamente a la necesaria para reponer las pérdidas obligatorias de sodio y cloro por la orina, heces y sudor. A causa de los efectos del sodio sobre la presión arterial se ha señalado al excesivo consumo de sal como uno de los factores que contribuyen a las altas tasas de morbimortalidad cardiovascular que caracterizan a las sociedades actuales, en las que la hipertensión arterial tiene tan elevada prevalencia. En concordancia con esa opinión, distintas prestigiosas instituciones sanitarias y científicas recomiendan a toda la población disminuir el consumo de sal. La Organización Mundial de la Salud recomienda un consumo máximo de 5 g de sal/día, la American Heart Association, un máximo de 3.75 g de sal/día. Las estrategias de disminución de la ingesta de sal, si bien han sido capaces de disminuir la presión arterial, especialmente en los hipertensos, no han logrado en el mundo real resultados consistentes en cuanto a la disminución de la morbimortalidad cardiovascular, y en ciertos casos, los resultados son desfavorables. Esto ha determinado que el tema de recomendar o no en forma universal una disminución del consumo de sal se haya constituido en uno de los puntos más debatidos de la prevención cardiovascular. Análisis recientes de los resultados inconsistentes logrados con la disminución del consumo poblacional de sal permiten vislumbrar una interpretación satisfactoria para esas inconsistencias: las poblaciones con consumos excesivos de sal se beneficiarían con la disminución del consumo, en tanto que las que habitualmente consumen poca sal no se beneficiarían y, hasta en ciertos casos, se podrían perjudicar. En base a estas interpretaciones y aún reconociendo lo difícil que es no ya medir, sino estimar, el consumo individual de sal en la población general, podría recomendarse como medida global un consumo moderado de sal, que quienes consumen sal en exceso disminuyan su consumo y que quienes consumen poca sal, sigan haciéndolo. En los pacientes hipertensos la reducción del consumo de sal disminuye sistemáticamente la incidencia de accidentes cerebrovasculares, pero en relación con otras complicaciones los resultados no son tan consistentes, y debe limitarse la reducción del consumo de sal al suficiente para alcanzar, junto con las otras medidas terapéuticas que correspondan, las metas de presión arterial establecidas para cada situación clínica en particular


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