Dres. Álvaro Niggemeyer1, Federico Machado2, Fernanda Xalambrí3, Henry Albornoz4,
Andrea Sánchez5, Instructor Pablo López6, Dres. Gustavo Vignolo7, Limay Vázquez8, Nicolás Urroz8
1. Profesor Adjunto del Departamento de Emergencia. Hospital de Clínicas. Facultad de Medicina, Universidad de la República, Uruguay. Cardiólogo, Intensivista e Internista. Coordinador Programa Centro Enseñanza Resucitación Cardíaca (CERCA) Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular (CHSCV).
2. Cardiólogo. Departamento de Cardiología. Facultad de Medicina, Universidad de la República. Uruguay.
3. Especialista en Medicina Interna y Gestón de Servicios de Salud. Coordinador Programa CERCA CHSCV.
4. Intensivista. Infectólogo. Médico Asistente del Fondo Nacional de Recursos. Uruguay.
5. Médica Instructora Resucitación Cardíaca Básica (RCB) programa CERCA CHSCV.
6. Instructor Basic Life Support, American Heart Association, (BLS, AHA).
7. Profesor Agregado Departamento de Cardiología. Facultad de Medicina, Universidad de la República. Uruguay.
8. Médico, Instructor RCB, programa CERCA, CHSCV.
Este trabajo fue presentado como tema libre en en el 27º Congreso Uruguayo de Cardiología).
Correspondencia: Álvaro Niggemeyer. Correo electrónico: alnigge@gmail.com
Recibido setiembre 30, 2013; aceptado octubre 22, 2013.
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Resumen
Objetivo: comunicar las características de presentación y la sobrevida de un grupo de pacientes que sufrieron una MS y fueron asistidos con RCB y DEA antes de la llegada de una EMM.
Material y método: se realizó un estudio descriptivo-analítico, retrospectivo, de todos los PCEH asistidos con DEA entre el 1° de enero de 2005 y el 1° de setiembre de 2011 en todo el país. Se evaluaron las características de los pacientes, de los PC y la evolución posterior.
Resultados: los DEA instalados en lugares públicos y con personal entrenado fueron utilizados efectivamente en 24 eventos. El 62,5% logró RCE y el 45,8% sobrevivió y retornó a la vida activa. De los 16 PC en FV, 75% logró RCE y 56,3% sobrevivió y se reintegró a sus tareas habituales. Las personas que participaron de la resucitación y habían recibido entrenamiento previo en RCB y uso de DEA actuaron con celeridad y eficacia.
Conclusiones: los DEA instalados en lugares públicos funcionaron adecuadamente. Los resucitadores no médicos probaron su idoneidad en la realización de las maniobras de resucitación El índice de RCE y de sobrevida al ingreso y al alta hospitalaria de nuestros pacientes fue adecuado y comparable a la casuística internacional.
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