Br. Victoria García1, Dra. Yanina Zócalo1, Br. Santiago Curcio1,
Dres. Ignacio Farro1, Maite Arana2, Victoria Mattos2, Pedro Chiesa3, Gustavo Giachetto2, Daniel Bia1
Premio Mejor Tema Libre de Investigador Joven, en el 30º Congreso Uruguayo de Cardiología, 2014.
1. Departamento de Fisiología, Facultad de Medicina, Centro Universitario de Investigación, Innovación y Diagnóstico Arterial (CUiiDARTE; www.cuiidarte.fmed.edu.uy). UDELAR. Montevideo, Uruguay.
2. Departamento de Pediatría, Clínica Pediátrica “C”, Facultad de Medicina, UDELAR. Montevideo, Uruguay.
3. Servicio de Cardiología Pediátrica, Centro Hospitalario Pereira Rossell.
Correspondencia: Dr. Daniel Bia. Avda. General Flores 2125. CP 11800, Montevideo, Uruguay.
Recibido abril 22, 2015; aceptado julio 21, 2015.
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Resumen
Introducción: si bien se acepta que en adultos la obesidad asocia riesgo aumentado de enfermedades o eventos cardiovasculares, poco se conoce aún acerca de si la obesidad infantil asocia, y de ser así en qué magnitud, alteraciones arteriales precoces. El objetivo del trabajo fue caracterizar el estado funcional y estructural del sistema arterial de niños y adolescentes, y analizar los potenciales cambios arteriales asociados a la presencia de obesidad.
Métodos: se seleccionaron 224 niños y adolescentes (93 de sexo femenino) asintomáticos (edad: 4-15 años), que presentasen normopeso (n = 142; percentil de índice de masa corporal [pIMC], 15 £ pIMC < 85) u obesidad (n = 82; pIMC ³ 97). Fueron criterios de exclusión: presentar comorbilidades crónicas (por ejemplo, cardiovasculares, renales), ser diabético, consumir fármacos cardioactivos y/o estar bajo tratamientos que afecten el sistema cardiovascular. Se realizó entrevista clínica, valoración antropométrica y evaluación arterial no invasiva que incluyó medición de: espesor íntima-media carotídeo (CIMT; ultrasonografía/software específico), presión arterial periférica y aórtica central (tonometría de aplanamiento), rigidez aórtica (velocidad de onda de pulso carótido-femoral, [VOP]; tonometría de aplanamiento) y reactividad vascular (vasodilatación mediada por flujo). Se compararon los resultados de niños con normopeso y los de los obesos, para la población total y subgrupos sin dislipemia.
Resultados: respecto de los niños con normopeso, con independencia de la presencia de dislipemia, los obesos presentaron mayor presión arterial sistólica y de pulso periférica y central, mayores diámetros carotídeos y CIMT, mayor rigidez aórtica y menor vasodilatación mediada por flujo.
Conclusión: la obesidad en niños y adolescentes asocia aumento de espesor carotídeo, de rigidez y presión aórticas, y reducción de la reactividad vascular.
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