Mié. 06/05/2020
Desde el inicio de la pandemia por COVID-19 se ha reportado en varios países una disminución progresiva y significativa en el número de angioplastias primarias para los IAM con ST. Dicha disminución fue de 40% en España y 38% en Estados Unidos. En Uruguay, dicho análisis está siendo realizado entre la SUC y el FNR. Datos preliminares de algunas instituciones y emergencias móviles, sugieren que ha habido desde el inicio de la pandemia una reducción de entre 30-40% de las consultas en emergencia por problemas cardiológicos. Esta reducción en la atención de pacientes con patología aguda coronaria se explicaría por dos causas: el COVID-19 reduce el riesgo de accidente de placa, o el paciente no llega a la consulta (por miedo al contagio o por saturación del sistema sanitario). Actualmente, a diferencia de lo reportado en Italia y China, en Uruguay no sería planteable como causa una saturación del sistema sanitario que impida la atención precoz de estos pacientes. Entonces, resta plantear como causa posible la omisión por parte del paciente de consultar frente a un dolor precordial. Si el paciente no consulta frente a un IAM con ST, ¿es posible que aumenten los paros cardíacos extrahospitalarios (PCEH)?
Esto fue lo que se preguntaron Baldi y colaboradores. La semana pasada, fue publicado como carta de investigación un reporte de la incidencia de PCEH en la región de la Lombardía entre el 21 de febrero y el 31 de marzo de 2020. Esta se comparó con el mismo período de 2019. Los datos acerca de los PCEH fueron extraídos del Registro de Paro Cardíaco de Lombardía. Concomitantemente, identificaron dentro de la base del Dpto. Nacional de Protección Civil la consulta días antes del PCEH por síntomas sugestivos de COVID-19 o la existencia de un hisopado positivo.
Durante el período de estudio, se identificaron 362 casos de PCEH, que comparados con los 229 de 2019 representa un aumento del 58%. La incidencia acumulada de PCEH se asoció fuertemente con la incidencia acumulada de COVID-19 con un índice de correlación de 0.83 (p<0.001). Del total de los pacientes con PCEH, 103 de ellos tenían sospecha de infección por COVID-19. Este número representa el 77,4% del aumento de casos con respecto al 2019. En otras palabras, la mayoría de la diferencia con 2019 corresponde a pacientes con COVID-19.
Esta comunicación resalta la importancia del impacto de la pandemia de COVID-19 en la patología cardiovascular. El impacto es tanto directo (mediante la afectación directa del COVID-19 en la patogenia de la enfermedad cardiovascular y por lo tanto “causa”), como indirecta (por el descuido del sistema sanitario y del paciente, y por lo tanto “consecuencia”). Lo reportado en esta carta, no permite distinguir una de otra y la relación es fuertemente de asociación, pero no causal. El otro gran mensaje que deja se refiere al riesgo para el personal sanitario que asiste a un paciente con PCEH. Un 28% de los PCEH durante el periodo estudiado de 2020 tenían sospecha o confirmación de estar infectados por COVID-19.
El pasado 21 de abril de 2020, el grupo de trabajo de Resucitación Cardiaca Básica y Avanzada de la Facultad de Medicina en conjunto con la SUC y otras Sociedades emitieron un comunicado respecto a las recomendaciones de resucitación en el contexto de la pandemia por COVID-19. Dentro de sus recomendaciones, se plantea considerar a todo paciente con PCEH como sospechoso de COVID-19. Los datos presentados por Baldi y cols. sustentan dichas recomendaciones.
Referencias
Baldi E, Sechi GM, Mare C, et al. Out-of-hospital cardiac arrest during the COVID-19 outbreak in Italy. N Engl J Med. 2020; Epub ahead of print